Bruce de Amaral es originario de Maputo, la capital de Mozambique, pero ha pasado gran parte de su vida internado en un colegio de Sudáfrica. Amante de la música y de los deportes, ha actuado con su antigua banda en los festivales de su ciudad y ha llegado a representar a su país en una competición de Rugby en Mauritania. Actualmente, está cursando tercero de Arquitectura en UIC Barcelona School of Architecture y hoy nos habla de su vida en Mozambique y en Sudáfrica y de sus inquietudes como futuro arquitecto.

¿Por qué decidiste estudiar Arquitectura?

Quería trabajar de algo que no me atara a un sitio. La arquitectura me permite tener libertad en ese sentido y ejercita la curiosidad creativa que siempre he tenido en mí.

¿Cuál es la lección más importante que estás aprendiendo de la arquitectura?

La lección que estoy aprendiendo es que la arquitectura va mucho más allá del espacio tridimensional y, además, se convierte en algo tan conceptual como físico.

¿Cómo es la vida en Mozambique? ¿Y en Sudáfrica?

Mozambique es, sin dudas, un país más tranquilo que Sudáfrica. Creo que esto es así porque la temperatura de Mozambique se mantiene caliente a lo largo del año y gran parte del territorio es cercano al mar, mientras que Sudáfrica tiene un ambiente mucho más metropolitano.

Has estado viviendo lejos de tu ciudad natal desde que tenías 14 años…

Me fui, con 14 años, a un internado en Sudáfrica, y solo tenía la oportunidad de volver a Mozambique por las vacaciones. Después, cuando escogí la carrera, decidí venir a Barcelona. 

¿Por qué Barcelona y no Sudáfrica?

Escogí estudiar en Barcelona porque quería cambiar de ambiente y me apetecía mucho estudiar en el extranjero.

¿Cómo describirías la arquitectura de la ciudad, Maputo?

La describiría como ‘fuera de lugar’, porque gran parte de ella es más propia de un tiempo diferente al nuestro y no refleja, necesariamente, los valores de las personas, ni toma ventaja del clima.

En términos arquitectónicos, ¿cuáles son las principales diferencias entre Sudáfrica y Barcelona?

Las calles en Sudáfrica no invitan tanto a caminar por ellas como en Barcelona, las distancias son más grandes y los espacios están interrumpidos por vallas. Pero, sin embargo, existe un sentido de modernidad en su arquitectura.

¿Te gustaría volver a casa?

Definitivamente está en mis planes volver porque he visto que hay muchísimo potencial de innovación y desarrollo en mi país.

Además de la arquitectura, la música es otra de tus grandes pasiones.

Exacto. Formé parte de una banda en una academia de música cuando estaba en lo que es aquí la Secundaria. Llegamos a actuar en varios conciertos y a competir en una batalla de bandas… Incluso tocamos en los festivales que se organizaban en la ciudad.

También has competido en varios deportes como representante de tu país. 

Sí, cuando estudiaba en Sudáfrica jugué a rugby y a fútbol y también hacía atletismo. De hecho, competí con mis compañeros en una liga interescolar que enfrentaba a los diferentes equipos de la escuela. En 2014 representé a Mozambique junto con otros 6 miembros de mi equipo en una competición de Rugby.

¿Cómo conociste UIC Barcelona School of Architecture?

Mi hermana me sugirió venir a la Universidad porque ella está haciendo su máster aquí.

¿Recomendarías a otros alumnos estudiar en el extranjero?

Claro. Gracias a ello he descubierto que la mejor forma de conocerte es viviendo diferentes realidades para encontrar constantes verdades de tu realidad.

¿Qué te gustaría hacer como arquitecto en un futuro?

De momento creo que lo que quiero hacer es cambiar la perspectiva de las personas y mostrarles lo poderosa que puede ser la arquitectura a la hora de modelar el paisaje de Mozambique.

Selena Ramos, becaria del Departamento de Comunicación de UIC Barcelona