Por supuesto, Félix Candela es un referente recurrente, pero no ha sido hasta este curso cuando se ha propuesto uno de sus edificios como ejercicio principal. La iglesia de Nuestra Señora del Valle (1968) está compuesta por los característicos paraboloides hiperbólicos del arquitecto mexicano, y al mismo tiempo introduce una serie de elementos altamente geométricos no tan comunes en el resto de sus proyectos. Dichos elementos se organizan e inclinan sobre una planta de forma trapezoide deltoide, trabajando para sostener la cascara icónica que hace a sus veces de cubierta. La marcada triangularización de las fachadas aporta valor y dificultad añadida a la hora de interpretar los planos, y permiten al alumno familiarizarse con el modelado no ortogonal.
El tercer y último edificio que da cierre a la edición 2015/16, la iglesia de Martin Luther (2011), es posiblemente uno de los alardes geométricos más evidentes en el ámbito de la arquitectura: ideal para el desarrollo de superficies complejas y la continuidad entre las mismas. El indiscutible protagonismo de la cubierta y su consecuente modelado, implica para los alumnos la necesidad de incorporar nuevos términos geométricos alejados de la arquitectura clásica y la construcción más tradicional. Y si bien es cierto que el ejercicio requirió especial cuidado y seguimiento, los resultados corroboran que el esfuerzo de los alumnos ha estado a la altura del reto.
Diego Navarro, UIC Barcelona School of Architecture